Corazón de Voh en 1990, Nueva Caledonia, Francia.
S 20° 57' - E 164° 41'
El Manglar, un bosque mitad terrestre mitad acuático, crece en los suelos cenagosos tropicales expuestos a la alternancia de las mareas. Constituido por diversas plantas halófitas (que pueden vivir en suelos salinos), con predominio de mangles, cubre casi una cuarta parte de las costas tropicales y 170.000 km. en todo el mundo. Esta superficie sólo corresponde a la mitad de su extensión natural porque, al tratarse de un medio frágil, recula continuamente a causa de la explotación intensiva de los recursos, la expansión agrícola y urbana, y la contaminación. El manglar, sin embargo, sigue siendo indispensable tanto para la fauna marina y el equilibrio del litoral como para la economía local. Nueva Caledonia, un conjunto de islas del Pacífico que se extiende en 18.575 kilómetros cuadrados, cuenta con 200 kilómetros cuadrados de un mangle bastante bajo (8 a 10 metros) pero muy denso, principalmente en la costa oeste de la isla más importante, Grande Terre. En algunos lugares del interior, donde el agua marina tan sólo penetra durante las mareas altas, la vegetación a veces da paso a extensiones yermas y muy salinas, llamadas tannes, como por ejemplo en las cercanías de la ciudad de Voh, en donde la naturaleza ha dibujado este claro en forma de corazón.
Fotografía de Yann Arthus-Bertrand
Dibujo Myléne HENRY, 11 años
Testificar a través de la fotografía.
Si ciertos proyectos fotográficos proponen hacernos entrar en un universo personal, para Yab (Yann Arthus-Bertrand) y su equipo se trata de mostrarnos el mundo que nos rodea. Su propósito es nuestra Tierra y sus habitantes, captados con humildad y curiosidad, en un retrato donde cada uno está invitado a reencontrarse.
El sentido prima sobre la belleza de las imágenes. A una bella foto, siempre será preferible una buena foto, capaz de interpelarnos, de instruirnos y de emocionarnos. Se trata de un trabajo documental, naturalista, y la importancia concedida a los textos certifica esta voluntad de ir hasta el final de una verdadera dimensión pedagógica.
Este testimonio, si bien invita a cada uno de nosotros a asumir sus responsabilidades, es sin embargo resueltamente optimista. Cada retrato, bien sea de la Tierra o de sus habitantes, trata de mostrar lo mejor, para llamar lo mejor de lo que hay en nosotros. Porque no se protege bien, lo que no hemos aprendido a conocer y a amar.
FUENTE
http://www.yannarthusbertrand.org/v2/home_es.htm
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